El rio Palancia ha sufrido dos
intervenciones para adecuarlo a un uso lúdico por la ciudadanía. Al mismo
tiempo esas intervenciones han pretendido hacerlo seguro ante las posibles
avenidas que en diferentes ocasiones han demostrado su peligrosidad. Hasta aquí
todo parece claro, pero nos encontramos en la realidad con el lado oscuro de la
gestión, que el partido que manda en las instituciones que pueden intervenir, está
haciendo. Así, la desocupación del delta sigue inconclusa porque la parte que
debiera hacerse desde la conselleria sigue pendiente. Así, porque el cuidado de
lo hecho brilla por su ausencia y las palmeras se mueren, los coches entran
donde no deben y la suciedad vuelve a acumularse. En definitiva, que este
espacio en el que ya se han gastado una ingente cantidad de dinero publico
sigue degradándose ante la pasividad de responsables de su gestión y de los
usuarios que nos conformamos con su degradación.
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