Testamento vital al los habitantes actuales y futuros del Puerto de Sagunto

Queridos amigos.

Hoy os escribo esta carta para invitaros a mi fiesta de despedida… me voy, me muero, me matan…

Hace muchos años, mas de los que me gustaría reconocer, me construyeron con muchísima ilusión la familia que, como mi propietaria, me lleno de vida a partir de ese momento. Nada de profesionales del ladrillo, la familia con sus manos me fue levantando hasta que me convertí más o menos en lo que ahora soy.

Y desde entonces he tenido una vida paralela a la vida de la ciudad, del país… primero serví de hogar, de nido en el que Vicente Esquer y Maruja Burgos,  tuvieron a sus hijos y los criaron y los vieron crecer, con mas alegrías que penas, aunque con mucho trabajo. Luego los niños crecieron y al mismo tiempo que la sociedad abría los ojos a la libertad que entonces solo se intuía, mis puertas se abrieron para dejar pasar, en fila india, de uno en uno y en silencio, a quienes usaron mis habitaciones para reuniones clandestinas…

¡Pues no podría contar yo cosas, si mis paredes hablaran!… Reuniones clandestinas, ilusiones, sede social de clubes musicales. Menuda animación.

Luego, en los ochenta, la desilusión se empeñaba en extenderse, pero no en mi interior… aquí mis paredes de cubrieron de hueveras para insonorizarme y poder emitir desde aquí la reivindicación de quienes se negaban a que sus ilusiones se apagaran al mismo tiempo que las chimeneas de los Altos Hornos: Fui sede de Radio Unidad.

Solo soy una casa… vamos que he servido para lo que todas las casas… techo, paredes, suelo en el que pisar… solo una casa, tal vez, eso si, con algo mas de emociones vividas que otras, pero solo una casa. 

El otro día , en un programa sobre cementerios, una lápida mostraba un epitafio con el que hoy, yo me identifico perfectamente… decía así : “si mientras viví no fui nada ni nadie, ¿que seré ahora que estoy muerto?”

Pues eso, que ahora me van a matar, que yo no me muero porque quiera, menuda soy. Se supone que es el progreso el que va  permitir que la ciudad crezca, se unan barrios, se hagan viales y rotondas… y yo claro, sobro, que ya soy vieja y pelleja. Pero lo malo de esto es que no me voy a poder marchar tranquila. Lo mínimo sería que ya que a mi y a otras dos vecinas como yo, nos van a echar al suelo, por el progreso de todos, a las familias que nos han construido y mantenido, las que han dado sentido a nuestra existencia y a cuya existencia hemos dado sentido nosotras, les dieran lo justo…. Otra casa, el suelo para construirlas, un piso, un hogar.

Ya lo he dicho antes, solo soy una casa como cualquier otra… con suelo, paredes, techo. ¿que menos que dar a mis dueños otra casa como cualquier casa, con suelo, techo, paredes… o lo necesario para construirla?

Bueno, pero como siempre he sido una casa abierta y nunca me he evitado una buena juerga, quisiera marcharme con alegría y reivindicando lo que es justo a grito pelado… así es que voy a hacer una fiesta. Será el día 18 de Junio a las 20h. Pero será una fiesta reivindicativa y sencilla, como yo misma. 

Así que os esperamos a todos ese día. Sigo donde siempre, pero ahora ya no soy la Villa Mariví en el Camino de Noguera, ahora soy la casa de Alcalá Galiano, con Avenida del Cid.