Buenas tardes. Queridos conciudadanos y conciudadanas. Vecinos y vecinas. Gente con poca reputación y en general todo tipo de marginados sociales aquí presentes.
En primer lugar, decirles que me siento especialmente orgulloso, satisfecho y abrumado ante el hecho de que aquí, un grupo de chalados, me hayan elegido para hacer este pregón.
No se preocupen. Seré breve, aunque para desgracia de algunos, intenso.
Estamos viviendo tiempos oscuros, muy oscuros. Quizá, a un nivel ético, el peor tiempo que uno recuerda. Hemos llegado a un punto en que la estupidez, la anti-ciencia, el chabacanismo y la opulencia están conquistando uno a uno todos los rincones sociales y físicos de nuestras ciudades. Que por acción de unos u omisión de otros hemos creado una generación brócoli que afirma que Franco era un amable gobernante y que no sabe el uso correcto de calcetines y sudaderas. El criterio se va por el retrete. Atrapados están ustedes entre lo rancio del nacionalcatolicismo y lo posmoderno de la cultura “woke”.
Y como paradigma de esta encrucijada, la ciudad de Sagunto. Ciudad que se ha vuelto cobarde. Ciudad que se ha vuelto sucia. Ciudad en la que es más fácil apuntar a un infante a un taller de embolar toros que inscribirlo en l’escola de estiu. Y cuando digo “que se ha vuelto” en cierto modo les miento. Ciudad que han vuelto. Con un alcalde más preocupado de bailar en tik tok que de los chorros de mierda que disfrutamos cada vez que llueve un poquito. Con un alcalde más interesado en salir en la foto que en ver como se nos come la mierda por una ineficacia manifiesta de los servicios de limpieza. Con un alcalde absolutamente volcado en financiar, contentar y satisfacer a todos los niveles a lobbies que dinamitan la convivencia, que promueven la violencia hacia animales y personas y que a pesar de largos historiales de denuncias y hechos claramente reprobables siguen acrecentando su poder año a año.
Pero sepan ustedes que sería a todas luces injusto, culpar al fotogénico en exclusiva de que vivir en esta ciudad sea cada vez más complicado. Concejalía y oposición son igualmente culpables, cobardes y cómplices de esta situación que ya va siendo irreversible. A lo más que aspiramos llegados a este punto es: a un espacio bebé en la playa, paelleros convertidos en vertederos, cortar medio pueblo para sacar a no sé qué santo o virgen a hombros, borrachera de avenida oficializada, ruido insoportable hasta las tantas, suciedad generalizada y en definitiva, premiar a todos los niveles aquellos que enturbian el civismo . Y si ustedes, honrados trabajadores y trabajadoras, quieren descansar y hacer una vida tranquila, sepan que son unos intolerantes intransigentes y que estarán poniendo en tela de juicio la bondad de asociaciones culturales sin cultura.
Así que, en estas estamos, desapareciendo como sociedad para convertirnos en cretinos, solos o en manada. Griten en lugar de hablar. No respeten turnos en las colas. Exijan su derecho al destrozo. Maltraten animales. Crien a sus hijos como caudillos. Háganme caso, no se queden solos y únanse a la mafia o van a vivir debajo del puente. Pásense la vida dándoles las gracias, gracias por no darles todas en la frente.
…O no me hagan caso y sigan, sigan luchando. Siendo la resistencia como han hecho toda la vida. Sigan estando amargados por pasar tanta vergüenza ajena y propia porque eso, queridos amigos y amigas, será señal inequívoca de que están en el lado correcto la historia. De otro modo, habrá caído la última barrera hacía el abismo.
Y ya para terminar una frase propia . “Los caprichos , cuando se confunden con derechos, se convierten en tiranía”
Y dicho esto, y a pesar de todo, ahora toca divertirse que mañana será otro día.
¡ Viva la asociación de vecinos la Victoria!. ¡Viva Palestina Libre! ¡ Viva Tarazona !